martes, 8 de noviembre de 2011

CAPÌTULO DE "NO REGRETS" TRADUCIDO GRACIAS A KISS ARMY SPAIN

-  KISS Army Spain ha traducido literalmente algún capitulo de la biografía de Ace Frehley, hemos escogido sus primeros años como adolescente y sus primeros problemas en el instituto, así como su expulsión de el y su marcha fuera de casa tras ese suceso.
- Por lo que puedo contar, no existía la regla de los tres avisos en el DeWitt Clinton High School. Para mitad de curso ya me habían pillado en varias ocasiones saltándome las clases y me habían expulsado temporalmente dos o tres veces. ¿Qué puedo deciros? Era un chico incorregible. Y eran tiempos turbulentos. La guerra de Vietnam estaba en su apogeo, y el panorama musical estaba cambiando rápidamente. Tuve suerte de no meterme en muchos más problemas de los que me metí. Aunque no era un criminal; era un enorme grano en el culo para algunos…aunque con un sentido del estilo. Mira, para cuando tuve dieciséis años, había cambiado mi cazadora de cuero y los vaqueros por botas altas hasta la rodilla y camisas arrugadas, como los tíos de los Kinks o Paul Revere y los Raiders. Actuaba como una estrella del rock, aunque todavía no me había dado cuenta del trabajo que implicaba convertirse en una estrella del rock.
- Me supuse que no tenía nada que hacer asistiendo a clase en el DeWitt Clinton.
- Así que un día mi amigo y yo conseguimos cerveza y hierba, y nos enganchamos a un par de chavalas. Una vez más, nada nuevo, excepto que una de las chicas tenía la suerte de tener una madre que trabajaba todos los días, así que el apartamento familiar estaba convenientemente vacío. A las diez en punto de esa mañana nuestra fiesta estaba en todo lo suyo. Nos emborrachamos, hicimos parejas, tonteamos, y en general tuvimos un día mucho más interesante de lo que lo habríamos tenido en la escuela. Pero la madre de la chica llegó a casa del trabajo pronto ese día y alucinó. Nos pillo con los pantalones bajados y botellas de cerveza por todas partes. Me subí la cremallera del pantalón y salí corriendo del apartamento con mi colega, mientras la madre de la chavala seguía gritando.
- Al día siguiente llamó al decano de los estudiantes del DeWitt Clinton.
- Para los otros chicos implicados esto no fue una infracción particularmente seria. Pero para mí fue la gota que colmó el vaso. Además de las pobre notas y el historial de absentismo escolar, me culparon de pobre criterio en lo que se refería a aseo personal. A mediados de los años 60, en Europa, podías llevar el pelo largo y pasaba como otra moda más. Pero en los Estados Unidos de América, en esta época en particular, llevar el pelo largo significaba completamente algo más. Era una declaración política, y amenazaba a la gente de la autoridad. Para ser totalmente sincero, yo ignoraba felizmente todo aquello que no fuera como quitarles la ropa a las chavalas. Apenas era un disidente político. Cualquier tendencia hippie que yo hubiera exhibido sería estrictamente una cuestión de conveniencia y estilo de vida. Yo quería follar, emborracharme, colocarme y tocar en una banda. Quería cierta imagen sobre el escenario, y para conseguir esa imagen me vi metido en el mismo saco que los manifestantes.
- “Córtate el pelo, Frehley”, me dijo el decano.
- “Venga tío. Es un país libre. Deja de fastidiarme”.
- Y lo hicieron – echándome de la escuela. Ahora que llevaba dos intentos fallidos como estudiante de instituto, mis padres, como es lógico, estaban empezando a perder la paciencia. No tanto mi madre – yo era su niñito y siempre tenía un sitio suave para mí, no importa lo revoltoso que hubiera sido. Las madres son así. Pero mi padre ya estaba en los sesenta años y no tenía ni el tiempo ni las ganas para animarme gentilmente a enderezar mi actitud. Como he dicho, Papá era normalmente una presencia bastante benévola y tranquila en mi vida, pero una segunda expulsión casi le llevó al límite.
- “Cambia de actitud”, me dijo un día, “o vete de casa”.
- “Muy bien”, dije, “me voy de aquí”.
- Fue un momento bastante dramático. Cogí alguna ropa y mi guitarra y salí del apartamento, dando un portazo tras de mí. Solo había un problema: no tenía a donde ir. Mierda, tenía dieciséis años, sin dinero y sin trabajo. No podía irme a vivir con ninguno de mis amigos, porque sus padres también me habrían echado.
- Considerando la posibilidad de ser un mendigo en Nueva York, solo me quedó la única opción:
- La casa de Duke.
- Duke era un tipo negro que vivía en Burnside Avenue en el Bronx. Era, por decirlo suavemente, un personaje algo desagradable, aunque yo nunca lo vi así. Duke era un músico de veinte y pocos años y pasaba una cantidad de tiempo poco habitual con chicos de instituto. Su padre era el portero de un edificio de apartamentos y Duke tenía una pequeña casa de un dormitorio para él solo en el sótano. Así que vivía solo, bueno realmente solo no, ya que Mamá y Papá corrían con los gastos. Le conocía un poco a través de mis conexiones musicales. Duke siempre quería estar en una banda, pero no era músico, así que sus planes eran formar un grupo para respaldarle mientras él se encargaba del micrófono. No podía pagarme nada, pero aún así a oferta era interesante.
- "Te diré algo”, dijo Duke. “Ven y apóyame y te dejaré usar mi casa siempre que quieras. Trae a tu novia, tómate unas cervezas, fuma hierba. Lo que te apetezca hacer”.
- Para un chico adolescente, no era un mal trato. Duke y yo tocamos en el Veterans Hospital en Kingsbridge Road en el Bronx y entretuvimos a los veteranos enfermos. A veces solo éramos nosotros dos – yo a la guitarra y Duke cantando. Otras veces conseguíamos un bajista o un guitarrista rítmico y también un batería. Pero siempre era el show de Duke. Era todo un personaje. El tipo era como Hércules, y aún así se movía como Mick Jagger. Después de los conciertos volvíamos a la casa de Duke y bebíamos cerveza y pasábamos el rato. El frigorífico siempre estaba lleno, lo cual era un plus cuando no ibas al colegio y traías una chica.
- No hace falta decir que, todo este acuerdo demostraba increíblemente el mal juicio por parte de Duke, y supongo que era solo cuestión de tiempo antes de que le explotara en la cara. Los polis hicieron una redada en una fiesta en el apartamento de Duke y nos llevaron para interrogarnos. Todavía me acuerdo de ver al padre de una de las chicas meterse en una pelea con Duke en la comisaría, chillándole, “¡Deja en paz a mi hija o te mataré joder!”.
- Los polis nos mantuvieron allí durante horas, preguntándonos a todos sobre Duke y nuestra relación con él. Parecía que les importaba menos si les había conseguido alcohol a menores que la naturaleza de esta amistad con un puñado de adolescentes.
- Aunque Duke estaba chiflado – completamente desconectado. Si estaba asustado por su roce con los polis, nunca lo habríamos notado. La fiesta continuó, con mucho alcohol y chicas menores de edad. Finalmente Duke desapareció del barrio. Escuché que estaba en prisión, recibiendo el mismo tipo de conducta que le había metido en problemas en el pasado. Aunque para entonces, yo ya no estaba con Duke. Viví con él durante menos de un mes, después de lo cual hice las paces con mis padres y me mudé de vuelta a casa.
- Traducción por Mauricio Vázquez para Kiss Army Spain.
http://www.kissarmyspain.com/

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