-Tocaba ver a KISS en su parada por Madrid con motivo de su gira mundial 40 aniversario que, además, fue la última cita de sus fechas europeas. Aunque sin disco nuevo que presentar, hacía ya cinco años de su última visita por nuestras tierras, así que no había muchas dudas de que el Palacio de los Deportes (Barclaycard Center) iba a llenarse para disfrutar del espectáculo.
- No me quedan más que buenas palabras para la banda invitada en esta velada, The Dead Daisies, un conjunto con caras conocidas, como el guitarrista y el teclista de Gun n' Roses, Richard Fortus y Dizzy Read, respectivamente, o el baterista Brian Tichy, que estuvo hace varios años tocando con Whitesnake y anteriormente con Foreigner y Ozzy Osbourne. Completa la formación el bajista Marco Mendoza y el cantante John Corab, que seguramente recordaréis por ser vocalista de Motley Crue a finales de los 90 y principios de los 2000. Es un combo de hard rock clásico que funciona como una bomba de relojería en directo. Sus temas tienen mucho de rock americano y quizá su principal influencia sea Guns n' Roses, así que fueron el aperitivo perfecto para calentar motores. Y más cuando se atrevieron con varias versiones: “Hush” (popularizada por Deep Purple) y una rockerizada “Helter Skelter” (de los Beatles), que fueron muy bien recibidas.
- Presentaron temas de su disco debut homónimo, así como de su nuevo CD, Revolución. Como digo, son canciones sólidas que usan una fórmula conocida, pero que resultan muy efectivas para una ocasión así. Ayudó que el bajista hablara español, sobre todo porque no paraba de interactuar con el público. Ojalá y los teloneros fueran siempre tan apropiados como este grupo.
- El ambiente era festivo, pero esa media hora de espera se hizo algo larga. Con el enorme telón de KISS tapando el escenario, comenzó el ya célebre anuncio de la voz en off gritando “You Wanted the Best, You Got the Best! The hottest band in the world: ¡KISS!” (“¡Queríais lo mejor, tenéis lo mejor! El grupo más caliente del mundo: ¡KISS!”). Justo después empezó a sonar ese inconfundible riff de bajo de “Detroit Rock City”, todo un clásico del rock. Cae el telón, pirotecnia orquestrada con el ritmo del tema, la batería bajando desde una plataforma al fondo y Paul Stanley, Gene Simmons y Tommy Thayer apareciendo entre humo ante el griterío del Palacio. Creo que hay pocas maneras de mejorar un arranque de concierto de rock así. Aunque no te gusten, es inevitable contagiarse del ambiente y la efusividad de las más 14.000 personas que te rodean.
- Antes de continuar y para no ser demasiado repetitivo con el tema: Paul Stanley ya no tiene voz. Es una lástima y es ley de vida (ya son 63 años los que tiene), pero es lo que hay. Es incapaz de cantar una canción llegando bien a las notas, así que lo intenta suplir con la guitarra, moviéndose, animando y dejando que el público cante, pero los gallos y los desafines son inevitables. Es todo un alivio cuando Gene o Eric asumen protagonismo en el micro porque aquello suena como debe, pero, como digo, hay que asumir que Paul ya no da de sí. Una vez aceptado esto, lo mejor es intentar disfrutar todo lo que puedas de lo demás, que no es poco.
- Desde el primer momento se nota la experiencia y el nivel que tiene el grupo. Todo está absolutamente medido, tanto a nivel musical como a nivel performance. Desde que Paul se quita las hombreras, a dónde debe situarse cada uno cuando hay un determinado solo hasta qué parte hay que repetir alguna vez más para que el público cante y salga feliz. Si a esto le sumamos el currado despliegue de luces, la citada pirotecnia y, en general, toda la puesta en escena, tienes un concierto que ya solo merece la pena por los elementos visuales. Pero es que, además, en lo musical, todo suena como una máquina perfectamente engrasada (salvo lo que ya hemos comentado de Paul). Eric Singer es un batería excepcional (y tiene muy buena voz), Gene Simmons es un fiera como vocalista y bajista además de un showman y Thayer cumple su papel de guitarra solista de sobra (aunque para muchos la sombra de Ace Frehley siga siendo demasiado alargada). ¿Qué más puedes pedir en un concierto de rock?.
- Lo siguiente es el repertorio. Con 20 discos de estudio publicados, es normal que siempre haya una canción favorita que no toquen pero, en general, en esta ocasión el grupo fue a lo seguro y nos plantó un setlist de grandes éxitos, con especial atención en Destroyer, Creatures of the Night y Kiss. A “Detroit Rock City” le siguió “Deuce”, con Gene al micro y con una base rockera que le sienta muy bien en vivo a la banda (y esa coreografía de Gene, Paul y Tommy al final de la canción no tiene precio) y empalmaron con “Psycho Circus”, cuyo estribillo fue muy celebrado. Al final de este tema, Paul nos saludó, nos comentó que la noche de antes estuvieron en Barcelona y, claro, aprovechó el pique tradicional para retarnos a ser ‘los números 1′ animándoles. Se tiró a la piscina con varias frases en español (respecto a lo de Barcelona chapurreó un “No hablo demasiado español, pero comprendo sus sentimientos”) e incluso cantó un poco de “Cucurrucucu Paloma” de Lola Beltrán (aunque quizá nadie le dijera que era algo más típica en México que aquí, pero el gesto es lo que cuenta). Ya en inglés, preguntó que quiénes nunca habían visto antes a KISS y, cuando levantaron la mano, les avisó: “esta noche no se nos va a olvidar nunca”.
- Entonces se arrancaron con “Creatures of the Night”, que fue de las que mejor sonó de toda la noche, con un público totalmente entregado en el estribillo y unos solos de guitarra ejecutados de forma magistral. Justo antes de la rockera “I Love It Loud”, Paul jugó a señalarnos para que gritáramos, dando una pista bastante clara de qué canción era la siguiente en sonar. Con esos típicos “eh eh eh yeah”, fue una de las más interactivas con el público.
- El hard rock americano de “War Machine” atronó a base de bien mientras los robots conquistaban la gran pantalla del fondo. Me encantó lo robustas que sonaron en este tema las guitarras. Como es habitual, Gene aprovechó al final de este tema para sacar una antorcha y escupir fuego mientras la gente aplaudía con esas sirenas de fondo. Fue muy bonito escuchar cómo el público contestaba las estrofas a capella junto a Paul en “Do You Love Me?”. Uno de los momentos glam de la noche y que seguro encantó a los más nostálgicos.
- Con “Hell or Hallelujah” tuvieron un gesto con su último CD, Monster, y la verdad que en directo gana bastantes enteros. El público la aplaudió mucho. Tras este corte, Thayer tuvo su momento de lucimiento con un largo solo, muy rockero y con feeling. “Calling Dr. Love” de Rock and Roll Over, acabó haciendo a todo el mundo cantar con ese estribillo empalagoso.
Un Paul Stanley ya visiblemente cansado presentó “Lick It Up”, que rugió con mucha fuerza y que, para mi sorpresa, fue de las que mejor funcionó en toda la noche. Además, en la parte instrumental intermedia, Tommy y Paul aprovecharon para ascender varios metros en una plataforma en el centro del escenario (y Eric Singer también en su plataforma de batería). Durante algunos minutos, estuvieron soleando con la base del tema de fondo, hasta llegar a los estribillos finales. De lo mejor de la noche.
- No pudo faltar el tradicional show de sangre y bajo de Gene antes de “God of Thunder”, que ‘voló’ hasta su plataforma en la parte de arriba del Palacio para cantar el famoso clásico stoner de KISS. Destacable fue su interpretación de “Cold Gin”, que cantó con mucho feeling, aunque no sé por qué, fue una de las que peor sonido tuvo. Todo estaba demasiado embarullado, y eso que, en general, el concierto se escuchó bastante bien para ser en el Palacio de los Rebotes (sí, por el eco que se sufre en grada especialmente).
- Cuando llegó “Love Gun”, ya todos nos hicimos una idea de que aquello se estaba acabando. Aunque sea un hit, he de reconocer que se pasa mal escuchando al pobre Paul intentando cantar las estrofas del tema, algo que se compensa con su visita al centro de la pista, desde la que tocó toda la canción. Además, pronto llega el estribillo con miles de personas de refuerzo. El momento Eric Singer llegó en la balada “Black Diamond”, que cantó muy bien (mientras Paul volvía al escenario en una especie de tirolina) y que sirvió como punto y aparte antes de los bises. Muy buena la parte de las guitarras dobladas de la mitad también.
- Tras varios segundos de respiro, llegaron para rematar “Shout It Out Loud”, “I Was Made for Lovin’ You” y “Rock and Roll All Nite”, unos clásicos que no pueden más que cerrar como una fiesta el concierto. Pirotecnia, confeti y miles de personas que se marchaban a casa felices (con “God Gave Rock ‘n’ Roll to You II” de despedida en los altavoces), y es que el espectáculo de la banda neoyorquina es inigualable y hay que verlo alguna vez sí o sí.
http://www.rafabasa.com/2015/06/23/cronica-y-fotos-de-kiss-en-madrid/
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